La moneda de los Reyes Católicos, emitida entre los años 1492 y 1530, es una pieza histórica y fascinante en el mundo de la numismática. Estas monedas, que reflejan un período crucial en la historia de España, se distinguen por varias características notables.
Durante el reinado de Fernando e Isabel, conocidos como los Reyes Católicos, se llevó a cabo la conquista de Granada en 1492, un evento de gran trascendencia en la historia de España. Para conmemorar esta victoria y unificar el reino, se emitieron monedas con diseños representativos de la época. Estas monedas solían llevar los retratos de los monarcas en un lado y emblemas heráldicos en el reverso, lo que las convierte en auténticas obras de arte numismático.
Las monedas de los Reyes Católicos eran acuñadas en diferentes valores y metales, incluyendo oro, plata y cobre. Los diseños varían, pero en general, exhiben una gran atención al detalle. Los retratos de Fernando e Isabel, con sus características coronas y ropajes, son emblemáticos de estas monedas. En el reverso, se encuentran los escudos heráldicos de Castilla y Aragón, símbolos de la unión de estos dos poderosos reinos bajo su reinado.
Una de las características más notables de la moneda de los Reyes Católicos es su alto valor en el mercado de coleccionistas. Estas piezas históricas a menudo se venden por sumas significativas, llegando a alcanzar hasta los 13,000 euros o más en subastas y transacciones privadas. Este valor se debe a su rareza, la demanda persistente por parte de los coleccionistas y su importancia histórica.
En resumen, la moneda de los Reyes Católicos de 1492-1530 es una joya del mundo de la numismática. Su historia, diseño y valor en el mercado la convierten en una pieza de gran interés para coleccionistas y amantes de la historia por igual. Estas monedas sirven como testigos silenciosos de una época trascendental en la historia de España y continúan cautivando a quienes tienen la suerte de poseerlas.